El diario de un escribano en el palacio del rey Tzuzak VII.
Tzuzak VII era conocido como un líder débil y por esta razón las diversas facciones en la tierra decidieron dejarlo vivir y gobernar. Lo consideraban una herramienta que podía ser fácilmente manipulada. Además, era poco probable que interviniera en sus planes. La tierra estaba plagada de corrupción e intrigas. Varias de las familias gobernantes se estaban peleando por razones que habían sido olvidadas en el transcurso del tiempo.
La Gran Serpiente miró a su gente con disgusto ya que habían dejado de adorarla para obtener ganancias en el mundo mortal. La Gran Serpiente estaba disgustada, por lo que dejó caer una gota de veneno de su colmillo derecho sobre la tierra. Esta plaga, fruto del veneno de la Gran Serpiente, mató a la mitad de la población para enseñarles humildad. Pero la avaricia y la traición tenían raíces muy profundas en la civilización, y a pesar de las advertencias y profecías de los sacerdotes, los que estaban en el poder continuaron sus costumbres paganas e incluso trataron de usar el castigo de la Gran Serpiente para su propio beneficio contra sus enemigos. Y la Gran Serpiente siseó de ira. Y su silbido agitó las mentes de las criaturas menores, por lo que todas sus pieles suaves y cuernos se pusieron ansiosas y sacaron sus armas. Como una inundación, esta horda invadió las tierras de los lagartos, matando a miles de los que habían sobrevivido a la plaga. En lugar de escuchar a los sacerdotes de la gran serpiente, los lagartos olvidaron su noble herencia y se escondieron con miedo en sus ciudades, con la esperanza de que la horda devastara otra ciudad.
Entonces los traidores dragones vinieron del norte. Eran solo unos pocos pero estaban llenos de rencor y malicia. Sintieron la avaricia y la traición que ahora gobernaban a todos los lagartos y vieron que tenían más en común que solo las escamas. Vieron una oportunidad para explotar esta debilidad y se alimentaron de la depravación de la sociedad. Entonces, maliciosamente, decidieron ayudar a los lagartos, pero solo para atraerlos a la esclavitud. Y todos esos lagartos ciegos estaban tan empapados de codicia y mentiras que se alejaron de la Gran Serpiente y comenzaron a adorar a los dragones.
La Gran Serpiente se apartó de los lagartos de Zao y nunca miró hacia atrás. La Gran Serpiente abandonó a los lagartos como los lagartos habían abandonado a la Gran Serpiente. Pero ahora algunos de los lagartos sintieron un vacío repentino y su miedo aumentó. Sintieron que habían perdido algo vital y valioso. De repente vieron sus errores y la traición de los dragones y se unieron para derrocar su reinado.
Esta rebelión era la última oportunidad para que los lagartos recuperen el favor de la gran serpiente. Esta era la única posibilidad de redención. Pero después de todos esos años de descuidar a la Gran Serpiente, no pudieron reunir la fe necesaria para tener éxito. Y entonces fallaron. Sin embargo, los viles dragones no permitirían otra rebelión y ataron a todos los lagartos a su voluntad de una vez por todas usando magia oscura, los corrompieron y transformaron en simples marionetas, a su absoluto servicio.
Ha nacido una nueva plaga: la corrupción. No te enferma, ni te mata, pero te trastorna, te vuelve dócil, como una mascota bien amaestrada. Eso es lo que hemos heredado a las futuras generaciones, no somos más que las sobras de lo que alguna vez fue una raza orgullosa, es lo que obtuvimos por abandonar el camino dispuesto por la gran serpiente. Es lo que merecemos.