El diario de un escribano en el palacio del rey Tzuzak VII.
La peste y la enfermedad se están extendiendo. La gran plaga aún no se ha olvidado, por lo que la enfermedad es algo a lo que la gente está acostumbrada. Pero puedo sentir la mancha que se está extendiendo, y los espíritus de la tierra, el agua y el viento me hablan de alguna presencia que está envenenando el suelo y los manantiales. Puedo sentirlo también cuando estoy totalmente en sintonía con la tierra.
Al nuevo régimen no le gusta que la gente hable de esas cosas, y me sacaron de mi puesto en el ministerio de agricultura. Mis habilidades hicieron de mi un miembro precioso para la orden y solía ser influyente y respetado. Y ahora me despojan como una piel vieja. No entiendo lo que está sucediendo y los espíritus me ofrecen poca ayuda en este asunto. Me retiré a mi antiguo hogar, excluido de los jardines que tanto amaba. Los espíritus todavía están conmigo, pero me quitaron el logro de mi vida.
Podría haber entendido la decisión si hubiera apoyado la resistencia en la guerra civil de alguna manera, pero nunca fui político y no participé en esa rebelión. ¿Qué tiene de malo advertir a la gente de algo malo que está sucediendo? Los reyes dragones no pueden ver eso como un acto de rebelión o propagación de los disturbios. Solo quiero ayudar con todo mi poder. ¿Por qué querrían mantener esta peste en secreto? ¿Es quizás su culpa de alguna manera? Me temo lo peor.
He hablado con varios de mis viejos amigos sobre ese tema y simplemente no me escuchan. Incluso los más abiertos parecen haber cambiado desde hace algún tiempo. Es casi como si hubiesen sido reemplazados por otra persona. Todo lo que dicen es “los reyes dragones quieren esto …”, “los reyes dragones quieren el otro…” como si eso fuera lo único que les importa. Quizás yo era demasiado solitario, demasiado absorto hablando con los espíritus, y ya no entiendo a mis compañeros lagartos.
Pero aún hay esperanzas. Me llamaron a la corte de uno de los reyes dragones. Probablemente hablaré con uno de sus seguidores de más alto rango. Supongo que han escuchado sobre mis preocupaciones y me darán la oportunidad de hablar sobre ellas. Seguramente finalmente reconocerán la importancia de mis observaciones. Quizás recuperaré mi antiguo puesto y pronto tendré nuevamente acceso a los jardines.